Ya
no sé hace cuánto
pero
el silencio eterno, pleno de horizonte,
me
arrastra náufrago, por su destino.
Fue
aquí donde canté, donde quise
definir
los ruidos vagos, casi indelebles,
por
ver si sonreía,
pero abandoné todo
intento,
al
no poder con los trazos de la memoria...
Cada
hoja de mi vejez
quisiera
dar cuenta de los estíos y claros de luna
que
han pasado por mis soles,
marchitos
por la ausencia,
pero
tal vez ya es tarde...
Me
veo ahora, casi como extraño,
en
estas líneas que hace ya
muchísimo
tiempo quise dar forma,
quedando
eternas
ante
la brisa y los ropajes del tiempo...
Lo
siento, no he sabido dar con
el
lugar de una acción de un tiempo...
pero
no pasa un día sin que sueñe
con
la neblina que empaña un mundo
que
un día quise y no supe retratar.
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