jueves, 10 de enero de 2013

Amigo



  

A Gonzalo Ballester



Lo que borre el viento recógelo amigo
porque no podrá ser visto por nadie ni por nada,
solo por ti, hombre de las mil luces,
de las mil imágenes, de las mil caras.

Ahonda en la pesambre y en la marginalidad,
menoscaba el pasado, el presente y el futuro,
hurga en el ayer, en el hoy y el mañana
y recita con tu mirar la mirada íntima, serenísima.

Arrebata el orbe, trastoca el orden, cautiva al reo,
esclaviza las ordas de cuadros, paseos y risas que ya no volverán
y hazlo todo tuyo,
                             donde corresponda
                                                                tras la cortina de tu cristal
meticulosamente repentizado.

Amigo, amordaza la resaca del tiempo e invítanos
a caer presos de tu galera, por bizantinos parajes,
para que podemos conversar con Ramón, con Pedro,
con el tío Juan, con Manolo o, quién sabe,
con aquel pobre niño de ceño fruncido,
                                                                    que se diría todo de algodón,
que corre a gritar viva la revolusión.

Allí, amigo, nos encontraremos en tu viaje a la semilla
               donde ya nadie mira…
                          y contemplaremos tus mundos descubiertos
en la espesura del sendero,
                                             al borde del precipicio,
tras la acequia varada en el olvido
allá donde todo lo que fue
hace honor a la nada.



Murcia, primavera de 2011





   © Imagen de Juan Ballester
                       





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