lunes, 28 de enero de 2013

Óleos de Carlos Pardo








Carlos Pardo Gómez




   Carlos Pardo Gómez nace en 1970 en Murcia. Desde muy joven aprende a conocer el oficio de pintor en el taller familiar de escultura, pintura y grabado.

  Realiza desde hace años un conjunto de obras donde fusiona naturalismo y modernidad. Profundiza en la pintura con bodegones, retratos y paisajes que encierran un cúmulo de ideas abstractas buscando la pureza de las formas y el color como herramienta. Actualmente investiga y desarrolla estas ideas trasladándolas a la pintura en forma de paisajes y encuentros con la figura humana.

   Ha obtenido en 2011 el Primer Premio de Pintura en el Concurso Nacional de Pintura Villa de Fuente Álamo.

   Por último, las obras reunidas en esta exposición virtual para El coloquio de los perros titulada Óleos fueron elaboradas hace tres o cuatro años y lo curioso es que, al día de hoy, siguen alzándose, ante la sencillez de lo cotidiano, en su espléndida magnitud, vigentes y contemporáneas, cercanas y eternas, frugales y temperamentales.

   Demos un paseo.








"Autorretrato con libros" de Carlos Pardo Gómez
Autorretrato con libros


De la imagen sale el cuadro, que es luz, y surca un inframundo de yoes que en la instantánea del pincel anidan perennemente… En la quietud de la naturaleza, que algunos llaman muerta, anida un bodegón de trazas que nos dibujan y es sólo ahí, en esa viveza encontrada de una dinámica quieta, donde anida la existencia de la mirada. Entonces… ¿quién mira a quién? Tal vez, eso, sea lo real y nosotros sólo la naturaleza muerta frente a los trazos creadores.








"El río lloviendo" de Carlos Pardo Gómez
El río lloviendo


Vía de vida, carretera de agua, travesía a algún lado, pista de tiempo, senda de azul, blanco 
y gris, vereda de hoy, avenida, bulevar de juncos, ronda y paseo, recorrido de miradas fijas en el horizonte, itinerario de trayectos, viajes acabados, rumbos inconclusos. Llueve. El tiempo nunca es hostil porque ella siempre está al fondo. Da igual quién o qué. Llueve y hay mucho detrás de todo, más allá de todo, al fondo…

¿Quién llueve? El acceso, el alcorce, el azagador, la calzada, la carrera, la derrota, la dirección, la distancia, la estrada, el itinerario, la línea, la marcha, el pasaje, la pista, el recorrido, la ruta, la singladura, el tránsito… ¿Qué llueve?








"Homenaje a Poe" de Carlos Pardo Gómez
Homenaje a Poe



«Habíamos dejado abierta la puerta principal de la casa. El visitante entró sin llamar y subió algunos peldaños de la escalera».
Los crímenes de la Rue Morgue

«[…] cuando una mirada casual al dibujo pareció encadenar su atención».
El escarabajo de oro

«Reflexionemos ahora con respecto a las huellas de la lucha».
El misterio de Marie Rogêt

«El sufrimiento es múltiple. La desgracia en la tierra es multiforme. Desplegada sobre el ancho horizonte, como el arco iris, sus colores son tan variados como los matices de éste, a la vez que tan distintos y sin embargo, tan ínfimamente fundidos».
Berenice











"Luz de amanecer" de Carlos Pardo Gómez
Luz de amanecer



Ya la luz avergüenza a la noche desplazándola. Tal vez a otra hora reinará la oscuridad pero la luz, que es conjunto de pinceles, ahora, reinará en esta particular relación de plano y espacio. Tras el cristal renace ese aire de mañana barnizado por una hojarasca de brillo que augura el renacer, el carácter cíclico del hoy, cuando se hace presente. Esa luz de amanecer tan ansiada pulula entre las sombras. Los retratos reclaman su ser y advertimos vida en la quietud de la ya caduca noche







 



"Ramas de algodón" de Carlos Pardo Gómez
Ramas de algodón


Ramas de algodón…

Pequeños terrones de azúcar endulzan la vista. Ésta que es ingenua e inexperta, sólo curtida por la experiencia, atisba brotes de aguanieve, gránulos de cinarra, o tal vez un granizo blando o pequeños gránulos arrebatados a una lluvia engelante. Tales perdigones de campo anudados en pequeñas ramas cazan miradas que admiran su tono blancuzco solo manchado por el tiempo. Esos pequeños prismas de hielo juegan a ser miles de espejismos.

Ramas de algodón portadores de trazos de quietud, tiempo, fondo, ayer, lagar lleno de azul y blanco, niñez, sonrisa, rojo, trozo de vida calibrada en el prisma de lo íntimo, lo privado o quién sabe si lo imperecedero...










"Vista hacia Ricote" de Carlos Pardo Gómez
Vista hacia Ricote


Es al fondo donde lo veo. El pico. Y él, que surca el horizonte y corrompe la lejanía con su altura, sólo es visto por el que, sumido en el paisaje, sabe convertirse en paisanaje y mira, como nosotros, hacia el ahí de la distancia creando y haciendo real cuanto ve. La luz cercana, que se va perdiendo en la espesura del camino, traza senderos laberínticos de colores, barrancos de luces, ramblas de verdes adoquinados a una identidad otorgada sólo por el que mira desde arriba y todo lo ve. Tal vez sea aquel, el pico o un dios demiurgo de la antigüedad o el alféizar de una ventana sobre la que asomarse, el haz de luces hacia la verdad que irradia cuanto atendemos








Textos y citas: Emilio del Carmelo Tomás Loba
Publicado en: http://www.elcoloquiodelosperros.net/numero30/vid30pa.html















domingo, 27 de enero de 2013

¿Y tú me lo preguntas?











Paz, sosiego, armonía, belleza, luz,
camino, resplandor, huella, mar,
agua, aire, tierra, fuego,
bendición, risa, felicidad, estrella,
ahora, ya, siempre, futuro,
densidad, magnitud, certeza,
edén, extensión, vastedad,
allá, leyenda, mito, cuento, verdad,
ahínco, esfuerzo, más,
porvenir, llegada, cúspide,
torre, viento, trigal,
humedad, lluvia, lago,
filosofía, idea, acto,
frugalidad, pueblo, retiro,
mirada, búsqueda, calor,
lengua, comida, semilla,
juego, niña, habla, llama,
familia, mundo, astros, constelación,
dormitorio, luna, labio,
brillo, huerta, mágico,
baile, danza, música, vida…

Podría seguir catalogando mundos
o situaciones posibles
pero los elementos necesarios,
los aquí reunidos
                             y los ausentes
saben de ti y de tu labor como demiurgo
necesario…
Me pregunto qué hubiera sido
de los mundos mediocres o perecederos,
como el mío,
si tú no hubieras traído el lenguaje…
Qué sería de la palabra sin tu presencia.








































El anhelo








           El abrazo de la oscuridad
           portaba la guía de la esperanza
           al campo de la soledad mojada en arena.
           Tú y la cama, el sueño y tus deseos...
           Bonito mundo de cercas de espinos
           que no dejan bordear a la necesidad
           el anhelo del grito...
























Cada cierto tiempo









Palidece la rabia ante el deseo
que espina el camino
del sueño,
                     el rechazo,
la mirada perdida
que nunca se fijó en el letargo
que dormita en la soledad de un hilo de piedra
y que
            regresa cada cierto tiempo.





























sábado, 26 de enero de 2013

Pasado











No tienes derecho
a ver en mi espejo
la imagen de la otra noche tuya.
Así, no puedo ser luz
si a cada paso
me oscurece tu pasado.


















Memorias estériles








Ya no sé hace cuánto
pero el silencio eterno, pleno de horizonte,
me arrastra náufrago, por su destino.
Fue aquí donde canté, donde quise
definir los ruidos vagos, casi indelebles,
por ver si sonreía,
    pero abandoné todo intento,
al no poder con los trazos de la memoria...
Cada hoja de mi vejez
quisiera dar cuenta de los estíos y claros de luna
que han pasado por mis soles,
marchitos por la ausencia,
pero tal vez ya es tarde...
Me veo ahora, casi como extraño,
en estas líneas que hace ya
muchísimo tiempo quise dar forma,
quedando eternas
ante la brisa y los ropajes del tiempo...
Lo siento, no he sabido dar con
el lugar de una acción de un tiempo...
pero no pasa un día sin que sueñe
con la neblina que empaña un mundo
que un día quise y no supe retratar.



















Viejos Recuerdos






La memoria calidoscópica
del rechazo consumado
rememora la tez del deseo
estancado en la estirpe del cansancio.
Laureada es el agua sinuosa
que en el trasiego linaje
de la tozuda victoria
ocupa el recinto de honor,
allá por la senda de la derrota.
La soledad del cansancio
anega los boscajes
de parrales que emborrachan
la soberbia esperanza
de querer ser
y brinda a un tiempo el silencio
que hace, de nuevo,
                                 consumar
                                                   la humillación
en la faz del recuerdo.






















martes, 15 de enero de 2013

Nacen









De soledad y distancia
nacen,
de los recovecos de la negritud,
         los que surcan el desierto,
         los que,
                         de alguna forma,
                     afloran de haberlos regado,
         los que se cimentan en el silencio
de una mirada en un mundo
a ninguna parte.











jueves, 10 de enero de 2013

Nostalgia









Recuerdo haberte echado de menos,
como salido de situaciones distantes,
en horas desiertas, en escaparates vacíos,
en cristales rotos, en vahos nocturnos...
Recuerdo haberme sentido sediento,
yermo, marchito,
derrotado,
fermentado en el grito
exhalado a ninguna parte
o, hacia el mundo particular que nos forjamos.
Recuerdo haberte visto volar
ante una muchedumbre de objetos
cribados en la espesura del camino,
más, no obstante, gritando algo,
tal vez sedientos como yo
de esa palabra perdida
atrevida a desterrarse del recuerdo.



















Silencio








El silencio
está,
corroe,
declina al cuerpo en gritos
a la oscuridad,
en lágrimas a la toalla sucia
nunca limpia por el tiempo.

El silencio penetra y come,
se multiplica en soledad.
El silencio del descanso no existe
en la tez agredida,
en la pupila distante,
en el río estancado,
en la llanura henchida de malvas
y tierras del otro lado...

El silencio se concentra
en los arrullos de dolor
que mecen las viejas fotografías
de la montaña
desde la que se emprende el vuelo...

Ese silencio no tiene color
de noche, de amor, de uno abrazados.
No tiene luz, ni dirección, ni salida...
Está cercado por la embajada
de la distancia y el vacío,
presidiendo la ciudadela
del otra vez será,
"venga usted mañana",
lo siento no es aquí,
no vales para esto
o,
         simplemente,
no,
         no es a ti
         a quien quiero...









Amigo



  

A Gonzalo Ballester



Lo que borre el viento recógelo amigo
porque no podrá ser visto por nadie ni por nada,
solo por ti, hombre de las mil luces,
de las mil imágenes, de las mil caras.

Ahonda en la pesambre y en la marginalidad,
menoscaba el pasado, el presente y el futuro,
hurga en el ayer, en el hoy y el mañana
y recita con tu mirar la mirada íntima, serenísima.

Arrebata el orbe, trastoca el orden, cautiva al reo,
esclaviza las ordas de cuadros, paseos y risas que ya no volverán
y hazlo todo tuyo,
                             donde corresponda
                                                                tras la cortina de tu cristal
meticulosamente repentizado.

Amigo, amordaza la resaca del tiempo e invítanos
a caer presos de tu galera, por bizantinos parajes,
para que podemos conversar con Ramón, con Pedro,
con el tío Juan, con Manolo o, quién sabe,
con aquel pobre niño de ceño fruncido,
                                                                    que se diría todo de algodón,
que corre a gritar viva la revolusión.

Allí, amigo, nos encontraremos en tu viaje a la semilla
               donde ya nadie mira…
                          y contemplaremos tus mundos descubiertos
en la espesura del sendero,
                                             al borde del precipicio,
tras la acequia varada en el olvido
allá donde todo lo que fue
hace honor a la nada.



Murcia, primavera de 2011





   © Imagen de Juan Ballester
                       





Vida









Porque pudiste y no fue
Angustia
Señorío a lontananza en el mar de lo frío
Tal vez
Porque no te dejó ser

Viaje

Unos lo llaman paraíso
Otros, cielo
Otros, infierno
Otros, Nada.

Vacío
            Dolor
















Osadía




A Carlos Pardo



En tu osadía está tu ser forjando la plenitud
en la ambigüedad del color, en la vida de la luz,
en la ausencia de la nada porque tú,
que eres lienzo y pincel, Carlos,
eres roca pero también verde, fiereza, campo,
desnudez, soledad, distancia, despeñadero,
cima, naranja, ocre, viento,
sima, tierra, lamento, gruta,
grito, azul, ansia,
boscaje, colina, cerro,
amarillo, sudor, camino,
mirada perdida en la lejanía del infinito,
búsqueda de vida en el silencio,
rojo y blanco y arrebato y fuerza
y lucha y dolor y más dolor
y vida corroída de vida
en la hierática vida de lo inanimado
que tú
               conviertes en eco…
Y ahí, en la oquedad cromática,
en la amplitud de tu alféizar
donde es atendida una fracción de segundo
que llamamos naturaleza,
asestas tu golpe de venganza y color
y polifonía de tercios que hacen girar los mundos
colmando, de esta forma,
con arrebatos de tiempo,
tu ser repleto de osadía.




Foto aparecida en  
http://jfbmurcia-mividaenfotos.blogspot.com.es/2011/05/el-abrazo-de-carlos-pardo.html