Tras la bondad de un silencio
salió de lo más profundo el odio
sembrado por la hediondez
y la malversación de recuerdos
podridos en los sótanos del miedo.
Él se limitó a dejarse llevar.
Ella a ser llevada al límite...
Tras un titubeo vital trágico
él ya no recordaba nada
cuando acampó en comisaría...
Decía no saber qué había pasado
y no entendía qué hacía allí..
Sabía que si todo iba bien
en poco tiempo se vería en la calle,
libre.
Y el suceso, que ya volaba solo,
acabó en las portadas de sucesos
a la espera del olvido más absoluto
horas después,
tras el partido de fútbol.
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